El Vampiro de Gothland, de Artur Balder, la última entrega de la saga dedicada a Curdy que acaba de lanzar la editorial Montena, llega a España avalada por más de 200.000 lectores en toda Europa. La serie viene precedida por La Cámara de los Lores y El Cetro de Carlomagno.
La obra del autor alicantino ha sido traducida a idiomas como francés, rumano, italiano y holandés. Ahora Curdy vuelve a las librerías de manos de la división juvenil del grupo Random House Mondadori en un escenario de publicaciones en el que el sector infantil y juvenil ha sido de los pocos que han mostrado expansión y crecimiento durante los últimos años tras el impacto de la crisis.
El alicantino Artur Balder, se reconoce "emocionado" por la llegada del último episodio de la saga, en el que ha invertido "casi tres años de trabajo". Respecto al proceso de creación, "hubo un momento en el que resultaba difícil tomar la decisión oportuna para permitir la maduración y el crecimiento del personaje".
El Vampiro de Gothland se enmarca dentro del género de las novelas de vampiros, y combina la literatura fantástica y la historia, aunque el autor reconoce que "está mucho más cerca del mito de Batman que de los vampiros románticos decimonónicos".
"Quería llevar al límite la historia, y me di cuenta de que era necesario romper las reglas de la literatura fantástica. Era interesante llevar la narración a los límites de la magia, a sus fronteras, y que el terror y la locura entrasen en juego", argumenta. Por ello "el personaje principal es un indignado del mundo mágico que finalmente decide tomarse la justicia por su cuenta, rompiendo a su paso todas las reglas" añade el autor.
En esta tercera entrega, no solo Curdy ha sido arrastrado por la ola de maldiciones que asola Hexmade hasta convertirla en Gothland, también sus amigos han pagado las consecuencias de la falta de responsabilidad de los mandatarios. Ylke Lewander, su mejor amiga, ya es demasiado mayor como para dejarse llevar por los consejos de sus padres, desesperados ante el sueño casi mortal en el que ha sido sumida su hermana menor, Lyte. "La importancia de los personajes femeninos crece con el desarrollo de la saga", indica Balder.
Respecto a la industria editorial española, Balder es partidario de "impulsar la producción propia y el talento innegable de los autores locales, españoles, y no perjudicar lo nuestro con un aluvión de importaciones proveniente del mundo anglosajón".